miércoles, 25 de febrero de 2015

Las apariciones en el Palmar de Troya (Introducción)

El 30 de marzo 1968, en las afueras del pueblo de Palmar de Troya (aproximadamente 40 km de Sevilla, España), la Santísima Virgen María apareció sobre un árbol (lentisco) a cuatro niñas: Rafaela, Ana, Josefa, y Ana. Ellas corrieron al pueblo para contar a otros sobre la aparición, y pronto muchos locales empezaron a frecuentar el sitio para orar. Con el tiempo, un santuario se erigió en la finca donde la Virgen había aparecido.

Durante los meses que seguían a la primera aparición, la Santísima Virgen aparecía a varios videntes locales que fueron elegidos como instrumentos para comunicar los mensajes Divinos. Ellos eran de varias ocupaciones sociales. Los principales fueron Rosario Arenillas, Antonio Anillos Martín, Clemente Domínguez Gómez, María Luisa Vila, María Marín, José Navarro, Antonio Romero, Arsenia Llanos y Manuel Fernández.

Los videntes en el curso de las apariciones eran participantes en los numerosos estigmas visibles, marchas extáticas y las sangraciones copiosas normalmente asociados con la Semana Santa. Éstas son participaciones místicas en la Pasión. La recepción del Niño Jesús en los brazos de los videntes para la adoración de los espectadores, combinado con el olor de los perfumes místicos, eran los fenómenos místicos más frecuentes.

Allí se dio testimonio de frecuentes Comuniones místicas visibles, locuciones, revelaciones privadas y mensajes. Se puede decir que todos los diferentes fenómenos místicos descritos en la teología sucedieron en este Sagrado Lugar.

Estos hechos extraordinarios persistieron y la fidelidad a la Doctrina Tradicional de la Iglesia, las Sagradas Escrituras y al Vicario de Cristo se mantenía, a pesar de las persecuciones, calumnias, insultos y sufrimientos que los videntes y apóstoles de Palmar tenían que soportar. En aquel lugar había un testimonio espléndido: la piedad, señal inequívoca de la intervención directa del cielo y autenticidad de los mensajes. Semejante intervención celestial extraordinaria no podría explicarse, si no fuera por graves razones justificadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario